El pasado mes de noviembre,
un conductor de limusinas, fabricante de cohetes caseros y converso
tierraplanista llamado Mike Hughes trató de despegar en un cohete a vapor de su
invención para demostrar sus teorías. Las autoridades se lo impidieron. En dos
semanas volverá a intentarlo aún más rápido.
El problema que tuvo en
noviembre es que, según el Departamento de Gestión de Tierras de Estados
Unidos, no es posible realizar este tipo de experimentos aeronáuticos en
terreno público. Frustrados sus planes, Hughes ha logrado los permisos
necesarios para intentar de nuevo su hazaña, esta vez desde un terreno privado
en el que ningún funcionario le impida su noble objetivo.
¿Cuál es ese noble
objetivo? Sacar fotos para demostrar que la Tierra es plana. Para ello
despegará en un cohete a vapor de su infención modificado para alcanzar los 800
kilómetros por hora y llevarle hasta una altura de unos 550 metros. Eso
suponiendo que no se desintegre por el camino o le falle el paracaidas y acabe
comprobando lo plana (y dura) que puede llegar a ser la tierra de manera íntima
y personal.
Lo paradójico del asunto es
que su vuelo ni siquiera le servirá para demostrar nada. Para apreciar la
curvatura del planeta desde el aire hay que subir un mínimo de 10.700 metros, y
a esa altura solo apreciaríamos una ligera curvatura comparable a contemplar el
borde de un círculo de 10 metros de radio desde solo medio metro de distancia.
Lo ideal para apreciar la curvatura de nuestro planeta es subir a una distancia
de unos 20.000 metros (La ISS orbita a unos 400 km).
Huelga decir que Hughes no
tiene ni de lejos la tecnología necesaria para llegar a esa altura, así que de
momento nos tendremos que conformar con sus extravagantes lanzamientos como
mero espectáculo de pirotecnia tripulada extrema. Él mismo explica que los
lanzamientos actuales son pruebas para desarrollar un cohete capaz de llegar a
la altura suficiente como para demostrar su teoría. En cuanto a las
convicciones del señor Hughes sobre el hecho de que la Tierra sea plana, estas
declaraciones suyas a la agencia Associated Press son muy ilustrativas:
"No creo en la ciencia. Se de aerodinámica, y de dinámica de fluidos, y de cómo los objetos se mueven en el aire. Se sobre el tamaño de los propulsores y sobre impulso, pero eso no es ciencia. Solo son fórmulas. No hay ninguna diferencia entre ciencia y ciencia-ficción."
Hughes ha prometido que esta
vez sí habrá lanzamiento, pero también ha advertido que, por motivos de
seguridad, no habrá espectadores y que los curiosos que intenten grabar el
acontecimiento con drones serán derribados a tiros.: “Soy el único hombre
en la historia en haber diseñado, fabricado y viajado en un cohete a
propulsión. Podéis meteros vuestros drones por el culo.”