Ciudad De México .-
La tarde del pasado 23 de septiembre un transeúnte alertó a policías
preventivos del hallazgo del cuerpo de un niño envuelto en una cobija en la
colonia Santa Catarina, delegación Tláhuac. Las investigaciones condujeron a
los victimarios: sus padres.
Según testimonios de vecinos
recabados por policías de investigación de la Procuraduría General de Justicia
capitalina (PGJCDMX) el menor, de cuatro años de edad, era constantemente
maltratado por sus progenitores quienes argumentaban que los golpes visibles en
el niño eran producto de caídas.
Sin embargo, según
confesaron padre y madre, quienes ya fueron detenidos, la noche del pasado 20
de septiembre el menor fue golpeado por su papá a bordo del microbús del que
era chofer y que utilizaba junto con su esposa e hijos como lugar para dormir.
A la madrugada siguiente,
del 21 de septiembre, el menor tiró el dinero obtenido por el pago de los
pasajes y eso molestó tanto al padre que lo golpeó hasta privarlo de la vida.
Al día siguiente padre y
madre se dispusieron a trabajar en la ruta como si nada hubiera sucedido y
durante el transcurso del día acordaron abandonar el cuerpo. La madrugada del
22 de septiembre, lo envolvieron en cobijas y lo dejaron en el lugar y
condiciones en que fue hallado alrededor de las 14:30 horas del 23 de
septiembre por un transeúnte quien dio aviso a la policía.
Uniformados de la Policía
Preventiva acudieron al lugar y localizaron al menor por lo que solicitaron
apoyo de paramédicos, pero el pequeño no tenía signos vitales y presentaba
lesiones en diversas partes del cuerpo.
Al tomar conocimiento del
ilícito, el agente del Ministerio Público dio intervención a agentes
investigadores, así como a peritos en fotografía y criminalística, para
realizar las primeras diligencias y trasladar el cuerpo al anfiteatro.
De acuerdo con el protocolo
de necropsia, y de los estudios criminalísticos y de patología, la causa de
muerte del pequeño fue traumatismo cráneo encefálico y torácico, con un
intervalo postmortem de 15 a 25 horas de la intervención.
Como parte de las
indagaciones desarrollas por la Procuraduría, se giró la cédula de identidad
con la media filiación del niño, la cual, también contenía las características
de la ropa que vestía y las prendas que lo envolvían.
Trabajos de campo y gabinete
desarrollados por la Policía de Investigación adscrita a la Fiscalía Central de
Investigación para la Atención del Delito de Homicidio, condujeron a los
abuelos del menor, quienes acudieron al Instituto de Ciencias Forenses e
identificaron plenamente a la víctima. Además, proporcionaron datos de los
padres y del domicilio donde habitaban.
Reyes Peña explicó que,
durante las entrevistas recabadas por la Policía de Investigación y el agente
del Ministerio Público, los testigos refirieron que en diversas ocasiones se
percataron de que el niño presentaba lesiones en el cuerpo; sin embargo, los
papás manifestaban que éstas eran consecuencia de caídas.
Agentes investigadores
acudieron a la vivienda que habitaba el menor con sus padres y dos hermanos, en
la delegación Tláhuac, sin embargo, estos ya habían sacado sus pertenencias y
abandonado el lugar.
En el sitio se obtuvieron
entrevistas con los vecinos, quienes aseveraron que los padres ejercían
violencia contra el menor y que incluso habían intervenido y los había
enfrentado en varias ocasiones para que dejaran de maltratarlo.
Con los datos de prueba
recabados e integrados en la carpeta de investigación, el representante social
solicitó a un Juez de Control la orden de aprehensión contra los implicados.
También se obtuvo el
testimonio del propietario del microbús, quien refirió que ese mismo día
localizó la unidad desvalijada.
En conferencia de prensa, el
titular de la Subprocuraduría de Averiguaciones Previas Centrales, Marco
Enrique Reyes Peña, informó que tras ejecutarse las órdenes de captura, los
imputados fueron ingresados al Centro Femenil de Reinserción Social Santa
Martha Acatitla y al Reclusorio Preventivo Varonil Norte, y se busca su
vinculación a proceso por un Juez de Control, por el delito de homicidio
calificado en relación de parentesco.
Precisó que de encontrarlos
penalmente responsables del hecho que se les acusa, los padres del niño podrían
alcanzar una sentencia de hasta 50 años de prisión cada uno.