HONG KONG — En China, los
teléfonos inteligentes baratos y fabricados por empresas relativamente
desconocidas que copian los diseños de las marcas internacionales ya
consolidadas se encuentran por todos lados.
Habitualmente,
las empresas grandes se van encima de las pequeñas debido a violaciones de
patente.
Sin embargo,
uno de los fabricantes de teléfonos de bajo coste en China presentó hace poco
una demanda de patente contra Apple en Pekín y, por ahora, la ha ganado.
Viene un
proceso de apelación, así que es poco probable que el fallo tenga un impacto
importante para el negocio de Apple. No obstante, esta acción pone los
reflectores sobre un número creciente de casos de oficinas de patentes en China
que apoyan a las empresas locales frente a las grandes marcas internacionales.
Según una
declaración de la Oficina de Propiedad Intelectual de Pekín, Apple cometió una
violación en una patente de diseño de un teléfono llamado 100C, fabricado por
la compañía china Baili. La declaración ordenaba a Apple detener la venta de
ciertas versiones viejas del iPhone en Pekín; sin embargo, una apelación del
fallo ante los tribunales chinos usualmente detiene cualquier restricción de
venta.
Apple aseguró
que había presentado una apelación, y un vendedor en la tienda Apple de Pekín
comentó la semana pasada que la tienda no había recibido instrucciones de dejar
de vender los modelos iPhone y que “el negocio va como siempre”. En el local,
un puñado de modelos iPhone 6 permanecían casi sin usar mientras los
compradores miraban los modelos más recientes 6s en la mesa cercana.
“Actualmente,
los modelos iPhone 6 y iPhone 6 Plus, así como iPhone 6s, iPhone 6s Plus y
iPhone SE están disponibles para su venta en China”, confirmó Apple en una declaración.
“Apelamos una resolución administrativa de un tribunal regional de patente en
Pekín el mes pasado y como resultado el fallo ha sido detenido en espera de que
lo revise el Tribunal de Propiedad Intelectual de Pekín”.
El nuevo dolor
de muelas de Apple llega después de que aumentaran la presión y los problemas
regulatorios en China. Recientemente, una empresa china ganó el derecho a
vender artículos de piel con la marca iPhone después de años de disputas
legales. Los servicios de librería y películas de Apple fueron cerrados en el
país poco después de abrir, lo cual es una señal de un escrutinio más serio por
parte de la autoridad reguladora de medios de China.
El caso de
patente de Baili se queda corto en comparación con estos problemas, aunque enfatiza
la molestia diaria que puede acompañar la dirección de empresas de tecnología
en China.
El país ha
tenido varios casos en los que fabricantes de baja gama se enfrentan a marcas
internacionales. En el que quizá sea el caso más famoso, Apple pagó 60 millones
de dólares para usar la marca iPad.
Los asuntos de
patente como el que Apple tiene con Baili son tan comunes como para que un
documento reciente en la Vanderbilt Journal of Entertainment and Technology Law
revisara el asunto. Aunque encontró que el sistema de patentes de China no
estaba estructurado para beneficiar a las empresas chinas, argumentó que ha
habido cierto número de “demandas de patentes prestigiosas presentadas por
empresas chinas relativamente desconocidas en contra de compañías tecnológicas
reconocidas, como Apple, Samsung y Dell”.
Una vez
que la oficina de propiedad intelectual en China encuentra un problema de
violación de patente, las empresas pueden decidir apelar o no. En ese punto,
usualmente el asunto se litiga o se resuelve mediante algún tipo de pago.